miércoles, 21 de octubre de 2009

Drug Markets and Urban Violence: Can tackling one , reduce the other?

La violencia cercena anualmente la vida de millones de personas en todo el mundo y daña la de muchos millones más. No conoce fronteras geográficas, raciales, de edad ni de ingresos. Golpea a niños, jóvenes, mujeres y ancianos. Llega a los hogares, las escuelas y los lugares de trabajo. Los hombres y las mujeres de todas partes tienen el derecho de vivir su vida y criar a sus hijos sin miedo a la violencia. Tenemos que ayudarles a gozar de ese derecho, dejando bien claro que la violencia puede prevenirse, y aunando esfuerzos para determinar sus causas subyacentes y hacerles frente.

Kofi Annan
Premio Nobel de la Paz en 2001




Alex Stevens
Dave Bewley

EL tema del narcotráfico es de suma importancia a la hora de revisar los niveles de violencia en nuestro país. El combate al tráfico de drogas no ha tenido los alcances que debería. Y si bien los esfuerzos son muchos, los resultados son escasos, lo cual indica que no estamos atacando el problema de la manera adecuada.

Yo realmente creo que deberíamos pensar en nuevas formas de combate contra la violencia en general y después contra el propio narcotráfico. Formas que estén más relacionadas con exterminar de raíz las fallas en el sistema que propician la venta y consumo de drogas, como lo es la corrupción, la pobreza, la injusticia o la escasez de oportunidades.

Sin embargo lidiar con un tema de tales alcances como el inframundo de las drogas requiere de un análisis detallado, así como de esfuerzos sistemáticos y coordinados, que implican grandes cantidades de capital económico y social. Y no sólo de buenas intenciones.

El reporte que hace la fundación Beckley “Drug Markets and Urban violence” busca precisamente exponer los vínculos, así como los niveles de interacción entre la violencia y el narcotráfico. ¿Quién es generador de quién?, ¿Disminuyendo un factor se merma al otro? ¿Qué tipo de sociedades son más propensas a caer en ésta dinámica? Son algunas de las preguntas planteadas en el estudio.

Cuando hablamos de narcotráfico nos remitimos a ambientes violentos, pero esa violencia no puede ser enmarcada a un prototipo en específico. Existen ciertas categorías que delimitan los vínculos entre la violencia y las drogas, una en especial es la de Goldstein (Nueva York 1985) que marca tres vertientes:

• La primera es la sico-farmacológica . Cuando la droga es ligada a la estimulación, ansiedad y agresión de los usuarios.
• La segunda es la económica-compulsiva. La cual se liga a través de los crímenes que se cometen por obtener recursos para comprar la droga
• Mientras que la tercera es en general la violencia sistemática.

En éste último punto, cabría detenerse para analizar lo que las sociedades en general reproducen como violencia sistemática. El mayor caldo de cultivo para el tráfico de drogas proviene de factores que vulneran a la sociedad haciéndola más permisible a éste tipo de conductas. Altos índices demográficos, inequidad, injusticia, segregación urbana, altos índices de machismos, pocas oportunidades de movilidad social, así como escasos recursos y permisibilidad para la posesión de armas y el consumo de alcohol, reproducen sociedades más indefensas en contra del crimen organizado y el narcotráfico.

Brasil es un buen ejemplo de ello, pues es un país que se caracteriza por una alta inequidad social, acceso limitado a la economía formal, familias disfuncionales, índices de analfabetismo y bajos estudios, todo ello envuelto en la injusticia y corrupción del cuerpo policiaco, ha generado que las febelas o lugares que están repletos de miseria sean el punto clave donde la violencia y las drogas proliferen (el 1% de la población de las favelas está inmiscuido en éste tipo de actividades) y que además incluyan cada vez a más gente, entre ellos pequeños ( el promedio para entrar al tráfico de drogas es de 15 a 29 años). El mercado de las drogas le promete a la gente joven una oportunidad de crecimiento social, que cuesta más trabajo obtener a través de medios legales. En otras palabras les proporciona una salida aparente de la pobreza.

Otro de los vínculos que se ha observado en diferentes ciudades con respecto al consumo de drogas y la violencia se refiere al tipo de sustancias que la población adicta consume. Ya que en muchos países a pesar de que existe un mercado de droga, esto no convierte al país o ciudad necesariamente en lugares violentos.

Uno de los ejemplos más visibles de la relación entre la violencia y los tipos de sustancias, se da con el crack. Pues se ha comprobado que el uso de ese narcótico en específico vuelve más violenta a la gente. Propiciando que los índices de homicidios sean más elevados en lugares donde se consume más crack.

Fue en la década de los 80s que el crack empezó a popularizarse dentro del mercado de drogas. Y entre los países que han sufrido el aumento de ésta sustancia a sido Inglaterra, pues aun ya existía un mercado de cocaína, la situación se ha vuelto mucho más difícil con la introducción del crack (el aumento ha sido hasta de un 50%) propiciando que muchos de los consumidores se vuelvan demasiado violentos al grado de llegar al suicidio o de matar a sus propias familias


Vemos entonces que el tipo y nivel de violencia ocasionado por el tráfico de drogas, se vincula a su vez con la propia naturaleza del ambiente ( traducido en si las sociedades son disfuncionales o no) Solo por nombrar algunos de los factores principales de los ambientes disfuncionales y propicios para el narcotráfico tenemos en primer término a) la degeneración de las estructuras institucionales que permiten acciones como la corrupción, infiltrando gente y debilitando a la sociedad; 2) El tipo de droga que se vende (hay drogras que generan reacciones violentas); 3) Las condiciones socioeconómicas (que permiten diversos tipos de violencia estructural por parte del Estado, de las cuales el narcotráfico se aprovecha) y por último 4) La permisibilidad de conseguir armas.

Son entonces los medios hostiles los que producen la mayor proliferación de éste tipo de mercados. Y la eficacia para erradicarlos dependería de generar mayores redes de cohesión social, que permitieran un resguardo por parte de la sociedad misma para no caer en ese tipo de conductas.

Mas esto no podrá conseguirse hasta que el Estado tome nota de que la violencia generada por el narcotráfico, tiene grandes plataformas construidas por el mismo. Esto es fácilmente comprobable en países como como Brasil o México que pelean esta guerra contra las drogas a través de la generación de más violencia y represión sin resolver de facto los problemas a través de los cuales el tráfico de drogas se alimenta.

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